lunes, 10 de marzo de 2008

Mi Desliz

Y cuando subió la temperatura, escuche un sonido sutil algo así como para llamar la atención, algo así como para llamar mi atención, pregunte si eras tú, porque entre tanta oscuridad no podía distinguir, no hasta que tu boca rozo la mía y en una leve sensación de escalofrío supe de quien se trataba.

Eras tú mi dulce corazón, mi llama en la oscuridad, ese fuego enloquecedor que me quema hasta arder en pasión... Pues si lo eras y me salvaste de aquella oscuridad, de aquél momento de desesperación en donde tomaste mi mano y me dijiste al oído palabras inéditas, palabras que deseaba escuchar. Mientras te acercabas sentía como la temperatura subía aún más, creí por un momento que ni el infierno sería así, pero no me preocupe, porque en tus manos encontré la paz, esa necesidad de estar bien, de sentirme bien en la situación que me encontrara.

Luego de un momento seguimos nuestro juego, nuestro pequeño desliz en donde más que palabras; salieron al aire gemidos de desesperación... Sería un sueño; un juego entre los dos, sería un momento de locura, pero una dulce y extravagante locura, sí seguiste mi juego y tú mano no sólo era mi firmeza de bien sino que también una exquisita sensación que hacia a mi cuerpo tiritar, que fuerte locura aquella en donde encontrarme contigo en el elevador encendió más que llamas, y también todo lo que en mi interior había... Que suerte que te tengo a mi lado, esperando y protegiéndome como un guardián, si hasta en las más mínimas locuras apareces y desenfrenas el calor a tú alrededor.

Se que fue un sueño, se que fue un desliz, pero al menos fue mio y de nadie más. Ni la razón tenía explicación en el elevador, porque el sexo era su respuesta.


Amor de Adolescencia Adiós, Amor de Adultez Bienvenido.