La sangre corre ardiente por mis brazos y entre mis piernas se acumula el resto, mi corazón ya no late ni se escucha latir, mi cuerpo ha derramado la ultima gota de vida que tenía y en el vacío me he quedado, se han secado mis viceras y simplemente mi mente ya no reacciona, es como estar muerta en vida y sin que nadie lo note ni por casualidad. Se aproximaba la tormenta, esa tormenta nefasta que te hace llorar y gritar sin parar, que te vuelve loca y te deja tan mal que la muerte no se arrepentiría de llevarte. No previne esta tormenta acechadora y me dejo tirada más allá de donde me lo esperaba, no grito, ni lloro por fuera, pero por dentro me muero, me carcome como un gusano que poco a poco se lleva algo de mi. Las fuerzas se agotaron y varada en la lejanía me he quedado, no sé donde ir, ni hacia donde correr, estoy sola en un lugar desconocido, en donde mis pasos se sienten profundos, muertos, como si nunca han existido, me esta matando lo sé, así lo siento y así me siento, muerta, destruida, acabada y sin razón.
Trate de buscar ayuda, incluso de decir una palabra en donde la tormenta aún no llegaba, pero no se me permitió e inundando todo lo bello, se llevo lo poco y nada que me quedaba en esta tierra infeliz.
- Me has dejado sola (le grite mientras lloraba).
No supe de mi ni de las palabras que grite, la tormenta se ha ido y con ella todo lo que fue de mi, no puedo más en este mundo me dije y sentada en la oscuridad de la noche lloré como si nunca lo hubiera hecho y rogando por algo que me iluminara dormí en ese suelo mojado, tratando de no recordar lo pasado, pero el silencio me mataba y con cada instante se hacia peor, en esta oscuridad se siente todo muerto y desolado, en este oscuridad me has dejado varada y en este oscuridad moriré, no sabía qué hacer sólo se quedó conmigo el dulce recuerdo de lo vivido y que con cada gota de sangre que había derramado se había perdido y acabado con un triste final. Traté con las pocas fuerzas de pararme y aunque no pude hacerlo supe que jamás lo haría en esta vida y que sólo me quedaba esperar por la otra, en donde no existiera este pesar ni este dolor eterno que dejó tu ida en mi y que derramo lo ultimo de vida que me quedaba. Supe al fin que mi final había llegado y que dependía de mi dar el primer paso para ello. Qué podía hacer sola en un mundo de tristezas, qué podía hacer sola sin tus manos en mi mesa, qué podía hacer yo si mi vida te las llevado maldita tormenta. He muerto por dentro y sólo quedan de mi las sobras que este mundo me dio y que día a día van desapareciendo, para acabarse en el preciso momento que él me otorgará. La sangre fluye por mi brazos y este dolor inmenso nunca terminará.
La perdida de mi alma no se compara con la del corazón, pero la perdida del amor simplemente no tiene comparación.
Dedicado a mi en mis úlitmos días.
