Hay momentos en los que no veo y soy ciega, ciega y no veo, me desaparezco y aparezco, hay momentos en lo que pienso y a la vez no lo hago y prefiero no pensar y dejar de pensar que lo hago, hay momentos en los que rió pero lloro y en entre ese llanto sigo riendo escondiéndome de lo profundo, escondiendo mi dolor, hay momentos en los que soy un violín; me tocan y acarician tan bien que mis cuerdas suenan acompañadas de amor, hay momentos en los que me aprietan y cortándome una cuerda me dejan, hay momentos en lo que me veo y no soy yo, no lo soy y no creo serlo, no soy ese reflejo de ahí ese reflejo triste y angustiado, no soy yo lo juro, no lo soy.
Hay momentos en que mi locura se apodera de mi mente y mi mente de mi cuerpo y este cuerpo desnutrido y abandonado se entrega al dolor, mi mente vuelta loca no mira con razón y se entrega a los suburbios y a la oscuridad, hay momentos en los que grito y nadie me escucha y me destrozo y siguen sin escucharme, hay momentos en los que prefiero callar y no gritar, ni siquiera mencionar una palabra y me trago cada una de ellas, las conservo no las desecho las retengo en mi mente hasta el día que deban salir, hay momentos como estos en que no siento pero lloro, creo no sentir y mas lloro, me angustio y desespero, me deprimo y me ahogo, hay momentos como ahora que lo único que deseo es morir y enterrarme para siempre, me destrozo cada día mas y me consumo por este dolor que arrasa con cada una de mis viceras, qué puedo hacer si hay momentos como estos en los que no tengo otra salida mas que la muerte y me da miedo y a la vez es lo único que quiero, hay momentos en los que prefiero dormir, pero sueño y despierto, no duermo y sueño todo el día toda la noche, me desgasto y sigo llorando.
Hay momentos en los que debería parar y poner fin a esto pero hay momentos en los que ni el fin me detienen.
Soy un violín roto y sin cuerdas, soy un violín maltratado y gastado, soy un violín que ya no suena mas.
